Lo lograré, ya lo verás-4

Continuó luchando contra la lengua ajena, dispuesto a dar pelea cuando notó que el menor se erguía sobre su cuerpo. Le observó desde abajo mientras sentía como era liberado de sus pantalones. En cierta forma le aliviaba, la prenda ya le molestaba desde hacía un rato, pero también se sintió expuesto, la mirada del menor lo hacía sentir indefenso ante esta por lo profunda y penetrante que podía llegar a ser. Notó su maliciosa sonrisa y supuso que se avecinaba una pequeña tortura para su persona, y no se equivocaba. Comenzó con leves gemidos y suspiros, convirtiéndose en gemidos más profundos y fuertes. Sujetó las sábanas debajo de él mientras que de su boca seguían saliendo esos sonidos que jamás se imaginó que saldrían gracias al más alto

Aquellos gemidos eran música para sus oídos, cada vez que los escuchaba la excitación y pasión de su interior crecía más, incrementando la locura que ya sentía. Dejo la "tortura" que le proporciona al mayor, para volver a subir por el cuerpo del otro, volviendo así a sentir su respiración su rostro. Lamió y beso de un simple movimiento su mentón, para luego meter una mano en el interior de la única prenda que le quedaba al más bajo, empezando así a tocar su miembro claramente despierto. Con la mano restante empezó a bajar la ropa interior del contario, hasta que logro despojarlo de la misma. Ahora que lo tenía totalmente desnudo podía continuar con menos dificultad su tarea. Mientras que con su mano diestra empezaba a masajear sus testículos, la restante le prestaba particular atención a su miembro, recorriéndolo por toda su extensión con un ritmo algo veloz y continuó. Aproximó su rostro al pecho expuesto del otro, volviendo a recorrerlo con sus labios y lengua, muy bien sabía que con todo aquello el otro disfrutaría, al igual que él

Sonrió ante la lamida y el beso en su mentón, soltando un corto gemido al sentirle sujetar su miembro. Pudo notar como en menos de lo que creía había quedado desnudo delante del menor, mientras él solo se había quitado la camisa. Quería reclamarle pero las acciones de sus manos le impedían pronunciar alguna palabra coherente. Sin mencionar que la forma en la que recorría su pecho le estaba enloqueciendo. Sus gemidos seguían presentes, mientras sus manos se aferraban en cierta forma a las sábanas.

Bajo sin detener el movimiento de sus labios, hasta que llegó nuevamente al sector bajo del mayor. Mordió sus labios un poco mientras pensaba en lo que haría a continuación. Sostuvo la prenda del contrario y empezó a bajarla, tirándola luego a cualquier rincón apartado de la cama. Observó el miembro del mayor con una media sonrisa y volvió a agacharse hasta su altura, sosteniéndolo con una de sus manos, para luego recorrerlo en toda su extensión con su lengua. Cuando llegó a la punta se detuvo y la recorrió por unos segundos con su lengua-No, aún no-pronunció a lo alto, retirando su boca de allí, colocándose nuevamente sobre sus piernas. Llevó sus manos hasta su propio pantalón y empezó a retirarlo, bajando el cierre por completo, lanzándolo luego como había hecho con la última prenda del mayor-Ya me estaba cansando-exclamó volviendo a aproximarse al cuerpo del contrario, rozando su entrepierna aún cubierta sobre el despierto miembro del otro, quería que le rogara por más.

Seguía suspirando por las acciones del menor. En verdad sabía cómo enloquecerlo. Al momento de sentir la lengua ajena arqueó la espalda, soltando un gemido algo gutural. Abrió los ojos al escucharle- ¿Aún no? -preguntó entre jadeos al verle de nuevo entre sus piernas. Le observó quitarse sus pantalones mientras mordía su labio inferior. Volvió a suspirar al sentir sus entrepiernas rosarse- K-Kyu.. -susurró arqueando apenas la espalda una vez más. Tomó su rostro con las manos para atraerle y así besarle de nuevo, con un rastro de desespero en sus acciones.

Sonrió nuevamente al escuchar su nombre de la boca del contrario y correspondió a aquel beso, haciéndolo de forma totalmente desenfrena y pasional, sin dejar de empujar levemente su cuerpo, haciendo que la fricción entre sus entrepiernas continuara-SungMin...-pronunció con su voz ronca y algo agitada al alejarse. Ya empezaba a sentir el dolor que provocaba su erección, si continuaba así no podría resistirse más. Llevó sus propias manos nuevamente hacía la parte baja de su cuerpo, empezando así a deshacerse de aquella prenda que ya le incomodaba. Se acercó nuevamente, haciendo ahora que ambos miembros desnudos se rozaran entre sí, mientras volvía a atrapar los labios del mayor contra los suyos. Luego de unos minutos se detuvo, observándolo a los ojos, sin perder aquel rastro de lujuria que lo desbordaba en aquel momento. Ambos o por lo menos él, sabía lo que vendría si continuaban.

El escuchar su nombre salir de los labios del menor con aquella voz fue mágico. Le observó quitarse la prenda interior, notando aquel miembro bastante despierto ya. Un nuevo gemido salió de sus labios al sentir el roce, pero fue acallado por los labios ajenos. Correspondió el beso hasta que el menor lo cortó. Le observó a los ojos, notando esa lujuria que los invadía. Tragó en seco, intentando pensar en lo que estaba a punto de ocurrir pero su cabeza dolía a horrores, por lo que simplemente dejó de pensar, volviendo a atraerle para besarle tal y como lo había hecho antes

Continuó con aquel beso, deleitándose con cada rincón de la húmeda boca del mayor, saboreándolo como si de la mejor delicia del mundo se tratase. Se apartó a tomar aire y se acercó a uno de sus oídos, sin antes mover un poco su entrepierna para que rosara nuevamente la del contrario-¿Estás preparado?...-le susurró para luego besar su oreja, esperando que entendiera a lo que se refería.

Otro suspiro salió de sus labios ante el leve roce. Le escuchó con atención, mordiendo su labio inferior por la pregunta, por todo lo que esta significaba- N-Ne.. -susurró como pudo, ya que un nuevo suspiro salió de sus labios ante el beso del menor. Sabía a lo que estaba a punto de enfrentarse mas no le importó, esta sería una noche especial, o al menos eso esperaba

Al escuchar su respuesta volvió a depositar varios besos por el contorno de su rostro, hasta llegar nuevamente a sus labios-De acuerdo...-murmuró acercando un par de dedos hasta él-Lame-ordenó con un tono totalmente provocador mientras presionaba el miembro del otro con su mano restante

Se dejó hacer, notando como acercaba los dedos a su boca. El escucharle de esa forma solo consiguió provocarlo más. Comenzó a lamer los dedos del menor con algo de entusiasmo, mientras suspiros intentaban escapar por culpa de la acción de su otra mano.

El movimiento de su mano no hacía más que acelerarse al ver como el mayor "lubricaba" sus dedos, haciendo que de aquella forma el calor en su interior aumentara. Cuando notó que ya estaba todo listo, aparto su mano del otro y empezó a acercarla a la inexplorada entrada del más bajo. Aproximó el rostro hasta su cuello, dejando nuevas marcas en su camino, hasta que llegó nuevamente hasta su oído-Eres delicioso...-pronunció con su voz algo agitada y sensual, mordiendo apenas el lóbulo de la oreja. Mientras seguía dándole atención a aquella zona, comenzó a introducir un dedo en el interior del contrario-Tranquilo...-susurró moviéndolo con cuidado en su interior, sintiendo la presión sobre su dedo-Min...-volvió a pronunciar su nombre mientras volvía a besarlo, intentando así de apaciguar todo lo que estaba haciendo y comenzar a introducir un segundo dedo. Ya en el interior empezó a moverlos a ambos lados, como si fueran una tijera. Si lo haría, intentaría de hacerlo correctamente.

El escucharle decir aquellas palabras lo disparó hacia la lujuria. Se removió algo quejoso al sentir el dedo del menor, gruñendo apenas. En cuanto le escuchó y sintió el movimiento abrió la boca, dejando escapar suaves gemidos, aunque algo quejosos por la molestia que esto provocaba. Volvió a escucharle, notando sus labios aprisionados en un nuevo beso. Sintió la nueva intromisión, las sensaciones que esos movimientos le generaban eran indescriptibles. Abrió la boca nuevamente, dejando que el menor escuchara sus gemidos, gemidos que ni él mismo se creía capaz de hacer

Aquellos gemidos que salían de los labios del mayor lo enloquecían, mucho más al saber que era el mismo que los producía-"Hoy serás mío"-pensó en su mente mientras mordía el labio inferior del otro, volviendo a alejarse para así posicionarse mejor. Lo observó por completo por última vez, como si deseara guardar aquella imagen en su menoría, el cuerpo que en apenas unos minutos se uniría al suyo. Movió las piernas del rubio a ambos lados para así hacer menos dificultosa su tarea-...Luego lo terminaras disfrutando -pronunció con un rastro de picardía mientras comenzaba a introducir con cuidado su miembro por la entrada del mayor, intentando así de apaciguar aunque sea un poco el dolor. Al comenzar a introducirse más pudo notar la presión de las paredes de su interior, algo que quizás al comienzo resultaba incomodó, pero con el paso de los segundos le iba gustando. Igualmente, a pesar de la desesperación que sentía por continuar, iba a esperar alguna señal del mayor para continuar

Le observó desde abajo cuando se alejó, notando como se posicionaba entre sus piernas. Escuchó sus palabras y asintió levemente, sintiendo como se introducía en su interior. Un gemido profundo salió nuevamente de sus labios, acompañado de una mueca de dolor. Le dolía, pero sabía que aquello era así, que luego lo disfrutaría, tal como había dicho el menor. Cuando sintió que estaba completamente en su interior agradeció que no se moviese, ya que le dolía bastante. Una vez que se acostumbró le miró a los ojos, asintiendo apenas, esperando que el contrario comprendiera su gesto de que ya podía moverse

Al obsérvalo asentir comprendió y así, empezó a moverse, haciendo que su miembro entrara y saliera del interior del otro, comenzando con un ritmo leve. Un bajo quejido salió de sus labios al sentir aquella nueva sensación, estar en el interior del mayor lo enloquecía y fascinaba por completo. Mordió el cuello del contario, para luego atacar sus labios de forma desesperada, sin disminuir en ningún momento sus movimientos.

Gimió al sentir los movimientos del menor, notando como al principio aún le dolía, mas poco a poco comenzaba a acostumbrarse. El maknae sabía enloquecerlo, y eso le fascinaba, era demasiado todo lo que le hacía sentir. Un gemido un poco más sonoro salió de sus labios al sentir la mordida, correspondiendo el beso de igual forma mientras más y más gemidos escapaban de su boca. El placer era demasiado, y pensar que era el menor quien le proporcionaba tal placer le hacía enloquecer aún más

Sin la menor duda todas las sensaciones que recorrían su cuerpo le fascinaban, estar en el interior del contrario no hacía más que elevar aquella sensación. Mordió los labios ajenos mientras comenzaba a aumentar más sus envestidas, intentando así de aumentar el placer tanto para el contrario como para sí mismo. Leves y roncos gemidos empezaron a escapar de sus labios, tales que llegaban a los oídos del mayor, ya que había posicionado su cabeza a un lado de su cabeza-SungMin...

Llevó sus manos a la espalda ajena por tercera vez esa noche, rasguñándole por culpa del placer que el menor le estaba haciendo sentir. Todas aquellas sensaciones eran nuevas para él, y le gustaban. Le gustaba sentir al menor dentro suyo, que le mordiera los labios, que gimiera su nombre, que le provocara de mil formas. Todo lo que hacía le gustaba. Sintió como las embestidas aumentaban de velocidad, por lo que los gemidos aumentaron por parte suya. Mordió el cuello del menor, succionando apenas. Arqueó apenas su espalda y al escucharle pronunciar su nombre no pudo evitar gemir, pronunciando el nombre del maknae entre gemidos guturales- Kyu... -jadeó como pudo, ya que los sonidos que tanto enloquecían al menor se estaban apoderando de sus cuerdas vocales

Un par de quejidos salieron de sus labios al sentir aquellos rasguños y la mordida del mayor sobre su piel, pero eso no hacía más que aumentar la excitación que recorría su cuerpo. Sus envestidas no hacían más que aumentar y así mismo, también aumentaban los gemidos del contrario, algo que no terminaba de gustarle en lo más mínimo. Sus movimientos continuaron, tocando hasta la parte más profunda de su interior, sintiendo la calidez que le brindaba el otro