Como en los viejos tiempos 2

Kaoru, por su parte, prácticamente corría por los pasillos, maldiciendo al sensual secretario por lograr ponerle tan nervioso.

-  Kyouya idiota…

Lentamente fue bajando el ritmo de sus pasos deteniéndose frente a una de las grandes ventanas, sus manos sujetaron con fuerza las cosas de su gemelo, apretando los dientes un poco. Por mucho que odiara aquello, el más alto aún le afectaba más de lo que le gustaría decir.

- ¿Kaoru? ¿Estás bien?

La voz de su hermano se escuchó en el pasillo, provocando que se sobresaltara. El mayor no podía saber que aún no superaba a Kyouya.

- Hikaru… Me asustaste… ¿Qué haces aquí?
- Eso iba a preguntar yo… La sala de profesores queda hacia el otro lado.
- Ah… Es que estaba recorriendo un poco… Hacía mucho no paseaba…

No muy convencido el mayor de los gemelos dejó pasar la extraña actitud ajena teniendo una muy buena idea de por qué se encontraba así, sin embargo no pudo indagar demasiado, pues debían regresar donde Tamaki; al parecer el rubio tenía algo que decirles.



Al llegar al despacho del director, este hizo una entrada digna de él: Las luces se apagaron mientras que unas velas se encendieron alrededor del hombre quien hablaba con voz teatral.

- Mis queridos amigos… Les informo que se acerca uno de nuestros festivales… Este año haremos la obra de caridad que ayudará a que Ouran sea la número 1 entre las academias, y lograremos vencer por fin a esas estúpidas de Lobelia.
- Pero, ¿qué es lo que se hará, Tamaki?
- Me alegra que preguntaras, mi querida Haruhi, este año haremos un baile a beneficio de uno de los hospitales Ootori, el cual necesitan un nuevo tomógrafo.

Con una típica pose de victoria, riendo maléficamente, las luces volvieron a encenderse pasando Kyouya a explicar mejor la situación.

- Es la competencia de todos los años, la idea es recaudar fondos suficientes para vencer a nuestras habituales rivales. Será algo formal, los profesores deberán venir también por una cuestión de seguridad para los padres hacia los alumnos.

Honey, Mori, los gemelos y Haruhi miraron al secretario con una sonrisa divertida, esperando la verdadera respuesta de su interlocutor.

- Sí, Tamaki quería estar en el baile y no puedo controlarlo solo ya que me estaré encargando de otras cosas.
- ¿Ah? ¡Kyouya! ¡No digas eso! Sé comportarme…

Como era costumbre desde que eran jóvenes, ignoraron completamente las palabras del director, haciendo que este empezara a lloriquear.

- ¿Hay alguna temática? ¿La academia sustentará los trajes?
- Descuida Haruhi, nosotros ya estamos cubiertos; no tendremos una temática específica, solo ropa formal. Kaoru, Hikaru, ¿Podemos encargarles los trajes?

Los hermanos se miraron antes de sonreír al unísono como cuando jóvenes, haciendo la señal de victoria con los dedos, indicando que no había problema.

- Necesitamos tomarles las medidas.

Como un par de magos sacaron un metro cada uno dividiéndose la tarea, mientras el menor de los gemelos medía a Honey, haciendo bromas sobre la estatura de este, el mayor hacía lo mismo con Kyouya, sintiéndose un ambiente muy tenso entre ellos.

- Espero no hagas mi traje más chico como la última vez…
- Mientras no molestes a Kaoru no tienes de qué preocuparte… Lo de hoy lo dejaré pasar, pero no vuelvas a buscarlo.
- ¿Debería pedir refuerzos a mi familia?

Una muy sutil sonrisa burlona se hizo presente en los labios del de anteojos mientras el pelirrojo mantenía una expresión seria.

Al terminar con aquel rápido asunto, pasaron a discutir momentos del baile entre otros asuntos formales del evento, terminando media hora después la reunión.

- Oye Kyouya ¿Quieres ir por un café? Yo invito~
- ¿Tamaki invitando? No es algo que se vea todos los días.
- Eso debería decir yo si tú invitaras, tacaño.

Con una sonrisa en ambos rostros, los dos amigos de la infancia se retiraron para ir a conversar a otro sitio, pues la jornada escolar había terminado por ese día.
Al llegar a una cafetería alto renombre, tomaron asiento ordenando para luego empezar a hablar sobre trivialidades.

- ¿Cómo andan las cosas con Haruhi?
- Pues bien… El anterior fin de semana la llevé a ver las montañas cerca de casa
- Me sorprende que te haya aceptado por fin
- ¡Oye! ¿Qué quieres decir con eso? ¡Está claro que iba a aceptarme en algún momento! Pero… Dime, ¿Qué pasa con Kaoru? Hikaru parecía más molesto de lo habitual

Al escuchar las palabras del rubio, Kyouya desvió apenas la mirada. Su amigo parecía disfrutar de, por una vez, verlo incómodo a él y no viceversa.

- No andamos en nada… Y Hikaru siempre está molesto conmigo.
- Kyouya… Puedes mentirle a los demás, pero no a mí.
- No deberías meterte donde no te llaman, Tamaki…

Su amigo se limitó a mirarle con una ligera sonrisa esperando que el otro cediera. Cuando el muchacho de lentes suspiró, el director de Ouran supo que había ganado esa batalla.

- Nada pasó, ese es el problema…
- Pero te gustaría…
- No es tan fácil cuando hay un perro guardián rondándolo… -Dijo Kyouya mientras descansaba su mentón sobre una mano, casi cubriendo su boca.
- ¿Y si ese perro guardián estuviera jugando con un hueso? ¿Qué harías?
- Primero que ocurra…
- Es discutible eso.

El pelinegro miró a su amigo arqueando una ceja por la clara propuesta. Jamás había tenido oportunidad de hablar con Kaoru sobre lo que había pasado ya que Hikaru siempre revoloteaba cerca sin poder siquiera aproximarse.

- ¿Cuánto me saldría ese favor?
- ¿En serio lo estás preguntando? –El rubio dejó escapar una tonada ofendida acompañada de un gesto del mismo estilo.
- Nadie puede dar sin esperar nada a cambio.
- Aún no puedo creer que sigas pensando que te pediré algo… ¿Qué tal esto? Yo te ayudo a cambio de que tú consigas hablar con Kaoru
- Nunca cambiarás… -Una sonrisa ligera se instaló en los labios de Kyouya antes de mirar a su acompañante- Gracias Tamaki.
- Cuando quieras~

Como en los viejos tiempos 1

- Hikaru…
- ¿Qué pasa, Kaoru?
- Tengo que levantarme…
- Pues hazlo~
- No puedo si te cuelgas de mí de esa forma…

Dos cuerpos, con no más que un par de boxers cada uno, descansaban en una cama, pegados gracias al abrazo que Hikaru realizaba sobre la cintura de quien podría ser su reflejo, solo que con la mirada algo dormida.

- Mmm~ Entonces no te levantes…
- Hikaru… No empieces, tenemos que ir a la escuela.

El tiempo había pasado para ambos, hoy día tenían 26 años y ambos eran profesores en aquella academia donde cierto rubio les había convencido de ser “hosts” para complacer y acompañar a las chicas del lugar. Aunque los dos habían crecido seguían con sus pícaros y joviales rostros, cosa que causaba, más de una vez, que los confundieran con estudiantes hasta que notaban la diferencia de vestimenta.

- ¿Qué diferencia hará que no vayamos? Tamaki no nos dirá nada…
- Kyouya sí. Sabes como se pone cuando los dos faltamos.
- Tch… Me importa poco y nada ese cuatro ojos.

El abrazo del mayor de los gemelos se hizo más fuerte. El pasado que los involucraba a ambos junto al, ahora, secretario del director, no se había resuelto de la mejor forma y aunque hubieran pasado los años a Hikaru aún parecía importarle.

- ¿Sigues molesto? Deberías olvidarlo ya… Eso fue hace mucho tiempo.
- No me importa. Eso no cambia lo que pasó…
- Es verdad, pero…

Justo cuando Kaoru estaba por replicarle, su móvil sonó, cogiéndolo al instante.

- ¿Hola? Kyouya, hola… Mah… Algo así…

Hikaru, al escuchar de quién se trataba apretó el abrazo aún más, comenzando a dejar pequeños besos sobre la espalda ajena.

- Hi-Hikaru, estoy hablando. ¿Qué? Sí… Sí, está aquí. ¿Qué te pase con él?
- Yo no quiero hablar con él.
- ¿Lo escuchaste? Está bien, Kyouya, llegaremos al mediodía.

Luego de que el menor colgara observó a su hermano con cara de reproche, cosa que el otro no presenció, pero sabía perfectamente sin la necesidad de míralo.

- No has cambiado nada desde que estábamos en secundaria…
- ¿Y eso qué?
- Pues… Ya no tenemos quince años… No puedes hacer lo que se te de la gana cuando tienes un trabajo.
- Tch…

Finalmente Kaoru había logrado liberarse del abrazo del mayor, levantándose de la cama para empezar a vestirse con su uniforme de profesor.

- Anda, levántate. Si lo haces puede que te deje dar mi clase.
- ¿Y tú darás la mía?
- Claro, pero solo si estás listo en los próximos diez minutos.

Con aquella pícara sonrisa que caracterizaba tan bien a ambos hombres, Hikaru se levantó, empezando a vestirse también, cosa que causó gracia en su hermano. Definitivamente seguía igual que hacía diez años.

Al llegar a la gran y respetada academia, un aura oscura parecía rodearla, ambos gemelos sabían que era el aura de Kyouya quien los estaba esperando, y que no la tendrían nada fácil cuando lo encontraran.

- Buenos días, profesores Hitachiin~
- Buenos días, esperamos verte en nuestras clases~

Como cuando eran jóvenes, aún eran capaces de responder al unísono como si fueran una sola persona y eso enloquecía a las alumnas. En el momento en que entraron al despacho del director, su alegre rostro se convirtió en uno tenso.

- ¿Tienen idea la cantidad de dinero que me hacen perder por llegar tarde?
- ¿Mucho?
- Que respuesta tan inteligente, Hikaru.

En ese instante el ambiente pareció tensarse al punto de poder tocarlo. Las miradas entre Kyouya y el mayor de los gemelos parecían largar chispas, mientras que Tamaki y Kaoru se alejaban un poco para poder conversar.

- Sabes que no deben llegar tarde, porque seamos amigos desde hace tanto no puedo salvarlos cada vez, ni siquiera siendo el director.
- Lo sé, lo sentimos Tamaki…
- Bueno, al menos logramos mover los horarios.
- ¿En serio? ¿A quién pusieron?
- A Haruhi.

El director de la academia seguía embelezado por la chica de bajo estatus social, la cual ya no estaba tan afectada por el trato cariñoso del muchacho, de hecho hasta parecía agradarle.
Kyouya y Hikaru se unieron a la conversación, colocándose el de anteojos junto a su amigo de la infancia mientras que el pelirrojo iba al lado de su hermano.

- ¿Cómo le va con su materia?
- Bien, su materia es de las que mejores notas obtiene.

Los cuatro hombres sonrieron, pensando en que eso era de esperar, ya que ella era muy inteligente y también bonita, lo cual ayudaba a que le prestaran atención más fácilmente.
Justo cuando el ambiente se calmó por fin, la nombrada entró en el despacho sorprendiéndose de encontrar a los gemelos allí.

- Oh… Llegaron…
- Haruhi~ ¿Nos extrañabas?

Las voces unísonas de los Hitachiin se hicieron presentes, sonriéndole a su amiga de secundaria. Esta sonrió con diversión, acercándose al grupo para unirse también a la charla.

- ¿Todo en orden la clase?
- Sí~ Todos aprobaron el último examen que tomé, así que traje muffins del kombini cerca de mi casa.

Al escuchar aquello todos rieron con diversión. Ya conocían esos muffins e incluso el kombini mencionado, por lo que ya no se sorprendían como cuando eran jóvenes.

- ¿Quieren uno? Me sobraron, incluso tengo para Honey y Mori.

Todos aceptaron amablemente, discutiendo unos últimos asuntos institucionales antes de que los hermanos tuvieran que retirarse cada uno por su lado, no sin antes recibir los materiales de la materia del otro.

- Buenos días, alumnos. Hoy retomaremos la última lectura ¿Alguien recuerda la página por la que íbamos?

Habiendo comenzado Hikaru la clase de Kaoru, Kaoru empezaba la clase de Hikaru, como si fuera lo más normal del mundo.

- ¿Tan aburridos están para cambiar lugares en las clases?
- ¿Te molesta, Haru-chan?
- Claro que no, es que me sorprende… Son materias bastante diferentes… ¿Cómo lo permites, Tamaki?
- Pues… Dan bien sus clases sin importar quién de los dos la esté dando… El resto no me interesa tanto, entre ellos se arreglan.

Mientras los dos, director y profesora, conversaban mirando la clase de Hikaru, Kyouya observaba la de Kaoru bastante serio.
Cuando la hora terminó los alumnos salieron del aula dejando que el menor de los gemelos recogiera sus cosas tranquilo. Aprovechando eso, el secretario entró donde este se encontraba.

- Aún me sorprende que puedas dar la clase de Hikaru.
- ¿Mm? Oh… No es tan difícil… Intenta explicar Oscar Wilde a chicos de quince años… Esto es bastante fácil en comparación.
- Kaoru…

La voz del más alto se escucho profunda y algo ronca sin apartar la mirada de su persona; Kyouya siempre había tenido una mirada intensa, por lo que a muchos les costaba mantenerla, pero nunca fue el caso de Kaoru, él siempre fue capaz de mantenerse firme frente al hombre quien ahora se acercaba cada vez más a él.

- Kyouya, si vienes a hablar sobre lo que pasó…
- No era esa la idea, yo sé mejor que nadie que no debo quedarme estancado en el pasado… Pero…

Una mano se había acercado a tocar la pálida piel del más bajo, haciendo que este se estremeciera apenas y retrocediera un paso.

- ¿Sigues sensible a mi tacto, Kaoru?
- No es eso, es que me tomaste por sorpresa…

Mientras terminaba de recoger sus cosas mantuvo la cabeza gacha, tratando de ocultar el sonrojo que había invadido sus mejillas por un momento.

- Discúlpame, tengo que irme…

Y sin decir más, el menor había salido disparado por la puerta, dejando a Ootori solo en el salón.

- ¿Siguen peleados Kao-chan y tú?

Una voz risueña se escuchó dentro del aula, haciendo que el respetado secretario recuperara la compostura, observando a su interlocutor.

- No estamos peleados, Honey…
- Ah, entonces está bien, ¿verdad, Takashi?

Una figura muy alta se encontraba junto a un bajo muchacho. Honey siempre había sido bajito, y aunque creció un poco más con los años, seguía siendo alguien de poca estatura. Por el contrario, Mori seguía tan alto y serio como siempre. Al escuchar que su primo le hablaba asintió con la cabeza, dándole la razón una vez más.

- ¿Terminaron de dar sus clases?

Kyouya se acercó a los mayores, mirándoles con una ligera y comprometida sonrisa, era raro ver al secretario del director sonreír verdaderamente, pero eso era algo que ellos ya sabían bien.

- ¡¡Sip~!! ¡Fue divertido! ¿Verdad, Takashi?
- Sí.

Con un ligero asentimiento de cabeza el más alto volvió a responder, haciendo que los tres sonrieran ligeramente.

Como en los viejos tiempos [Próximamente]


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