Oculté el rostro entre su cuello y rodeé lentamente su
cintura con los brazos.
-Perdón...-No supe qué hice o qué dije, pero lo pronuncié
con total sinceridad. Bah, había hecho muchas cosas en contra suya, pero antes
de que él se hubiese vuelto tan valioso para mí.
Pude notar cómo el silencio parecía extenderse. Estaba a
punto de volver a mirarle cuando sentí la forma en la que me tomaba de la
cintura. Estaba algo confundido, ¿por qué estaba haciendo esto? Cuando
comprendí todo.
Mi rey creía que me había enfadado con él. Me maldije
internamente antes de abrazarle con fuerza. No importaban mis estúpidos celos,
solo importaba lo valioso que él era para mí, al igual que yo lo era para él-
No pidas perdón... No has hecho nada malo... -susurré, aferrándome y dejando un
beso en su mejilla- Te amo... -estaba más que arrepentido de haberle hecho
pensar que me había enfadado.
-¿Entonces? -le miré con cierta intriga en los ojos, antes
de besarle suavemente los labios.- Me asustaste... mocoso... -le abracé
nuevamente- yo también te amo -dejé un beso en su frente. Ah, el ambiente
volvía a tranquilizarse como antes de la interrupción de Adrien. Acaricié sus
cabellos, disfrutando de esa sensación sedosa, y luego mantuve la mirada en él-
Si no fuese por ti estaría rompiendo cosas en mi habitación de la impotencia...
-no me cansaba nunca de besarle. Recorrí acariciando con la lengua la suya, en
movimientos lentos, apasionados y seductores.-
Me acurruqué en sus brazos, sintiendo sus caricias y
sonriendo por ellas. Estaba tan cómodo y feliz de esta forma y esperaba que
nada lo interrumpiera esta vez- Deberías controlar tu temperamento... No te
hace bien... -susurré antes de corresponder el beso, sintiendo como su lengua
parecía dominarme por completo. Mi mano comenzó a recorrer su torso, dejando
pequeñas caricias de por medio.
-No es algo fácil de corregir... -me le aferré con fuerza.
Comencé a colar nuevamente las manos por su espalda, acariciando tal piel.
Apreté los labios una y otra vez trazando un camino entre la comisura hasta su
clavícula, cerrando los ojos para disfrutar aún más tal embriagadora
sensación.-
¿Por qué tu piel huele tan bien? -pregunté antes de tomar su
rostro entre ambas manos y plasmarle otro beso en sus labios. Desplacé los
dedos hasta su cabello, despeinándolo a medida que el beso se intensificaba,
suspirando cada tanto-
Un leve estremecimiento recorrió mi cuerpo al sentir como
las manos ajenas exploraban una vez más mi espalda, acariciándome-
L-Lawrence... -susurré como pude mientras escuchaba su pregunta. Las caricias
lograban enloquecerme- N-No lo sé... -volví a susurrar, correspondiendo el
beso, intensificándolo a cada segundo que pasaba. Mis manos buscaron los
botones de la camisa de mi rey, comenzando a abrirla de a poco. Necesitaba
sentir su piel, sentirlo a él. Lo necesitaba conmigo.
-Amo cuando tartamudeas de esa manera... -susurré a su oído.
Aún mientras le besaba, desplacé nuevamente las manos pero esta vez hacia sus
caderas. En un movimiento ascendente dejaba al descubierto la piel de su
abdomen, haciendo que la camisa que llevaba se plegase sobre sí misma en su
pecho.
Recorrí el borde de su pelvis hasta la parte posterior de
ésta. Firmemente le atraje hacia mí dejando que las pieles de ambos se tocasen.
-Hmm... -comencé a besar su cuello succionando la piel de
éste en el camino.
-Te diviertes... A mi costa... -susurré estremeciéndome
nuevamente, sintiendo su mano recorrer mi pelvis, notando como nuestras pieles
se encontraban, rozándose entre sí- A-Ah... Lawrence... -gemí por lo bajo por
los besos, aferrándome a él mientras le despojaba de su camisa, dejando su
torso completamente desnudo ante mí.
Mis manos viajaron a su espalda, rasguñándole con suavidad a
la vez que ladeaba mi rostro para darle mayor espacio a mi rey.
- ¿A tu costa?... yo no veo que te moleste en lo absoluto...
-sonreí con rasgos felinos mientras susurraba entrecortando cada tanto el beso
profundo que se había producido. Mordía, sin ser brusco, su labio inferior cada
vez que suspiraba y decía mi nombre. Aún seguía causándome ese cosquilleo como
la primera vez que lo hizo.
Llevé la cabeza hacia atrás suspirando hondamente al sentir
esos rasguños, y esto hacía evidente mi debilidad ante ellos.
Lamí sus labios y descendí, desprendiendo hábilmente cada
uno de los botones con los dientes. Cuando desabroché el último, tracé
lentamente un camino con la lengua desde la parte baja de su abdomen, subiendo
al cuello, y terminando nuevamente en sus labios.
Desvié la mirada, sintiendo como el calor se agolpaba en mis
mejillas. Sin embargo, esto no duró mucho ya que nuevos suspiros aparecían en
mis cuerdas vocales, provocando que mi rey me mordiera, cosa que no me
molestaba.
Empecé a sentir como desprendía mis botones, notando luego
la húmeda lengua del otro. Dejé escapar un profundo suspiro en lo que subía,
correspondiendo el beso y llevando mis manos ahora a su entrepierna,
masajeándola sin miedo. La necesidad de que me poseyera era demasiada, lo
quería solo para mí y lo quería ahora.
Me relamí los labios, ese tipo de acciones en él no eran las
que me esperaba, cosa que sacó suspiros sin obstáculos- ¿Qué pasaría si... te
hago esperar un poco? -susurré y mordí apenas su lóbulo. Retrocedí rápidamente
y mi espalda golpeó la biblioteca, cosa que no me causó dolor alguno. Quedé
acorralado entre el mueble y Vladimir. Claramente, cuando hice que eso
sucediera, tenía las manos aferradas como garras a su cintura. Las moví hasta
las caderas, casi obligándolo a seguir un ritmo serpenteante, frotando ambas
entrepiernas. Lo atraje cada vez más. Pasé las yemas por su espalda imitándolo
mientras le miraba con los ojos afilados, sedientos.
-¿E-Esperar? -pregunté algo confuso. ¿Quería hacerme
esperar? No creo que sea una buena idea, sin embargo, cualquier reproche fue
callado por el sonido de su espalda chocando con la biblioteca. Le observé,
temeroso de que algo le hubiera pasado, sin embargo, al ver su mirada un nuevo
color rojizo se apoderó de mis mejillas, provocándome calor, más aún con los
movimientos de cadera que me obligaba a hacer.
Sus dedos, imitando mis propias acciones minutos atrás, eran
enloquecedores, perdería el control pronto.
Arqueé suavemente la espalda, dejando que un suave gemido se
apoderara de mi garganta-L-Lawrence... N-No me hagas... Esto... -pedí entre
suspiros, llevando mis manos a su torso para rasguñar aquella zona.
-Shh... -le chisté por lo bajo, entreabriendo los labios muy
cercanos a los de Vladimir, pero sin besarlo. Mientras tanto, sin pudor llevé
las manos a los glúteos ajenos, provocando el mismo vaivén, pero con aún más
contacto y fricción. Lamí a lo largo su cuello cuando le tomé de los cabellos e
incliné su cabeza hacia atrás al tirar de ellos, cuidando de no lastimarlo,
claramente.
-Quiero que comiences...- sabía que en algún momento
perdería el control, tarde o temprano, iba a aumentar las provocaciones hasta
que lo hiciese.
Quería besarle, abrazarlo, sentirlo mío como lo había
sentido desde que todo esto había comenzado. El vaivén que hacía estaba
enloqueciéndome, todo ese contacto, fricción y movimiento era demasiado para mi
cabeza. Un suave gemido escapó nuevamente de mis labios gracias a todas las
acciones de mi rey, dejándome inclinar la cabeza mientras oía sus palabras-
¿Q-Que comience? -pregunté con un notable sonrojo en mi rostro. Realmente no me
esperaba aquello, ¿cómo quería que comenzara? Sabía que yo no solía hacer esas
cosas.
A pesar de todo mi cordura y control iban desapareciendo
poco a poco, haciendo que mis manos recorrieran todo el cuerpo de Lawrence sin
pudor. No podía soportarlo, necesitaba tocarlo, sentirlo, todo.
Tomé sus manos apoderándome de ellas, guiándolas a lo largo
de mi cuerpo mientras le besé. Planeaba que fuera uno de aquellos románticos,
pero se había vuelto más pasional de lo normal por culpa de ambos.
-Bueno... si no comenzarás tú, entonces... -saqué un libro
al azar de tal biblioteca y lo abrí en una página cualquiera, que oportunamente
tenía un párrafo bastante acorde a la situación.- Leeme ésto... y léelo entero
-indicándole con el índice la página. El texto decía:
"Ven ahora a tu dormitorio y a tu lecho
y juega allí suavemente con tu consorte.
Y pueda Héspero dejarte en absoluto desespero
no dispuesto hasta que permanezcas perplejo
ante el planteado Trono de Hera."
Mientras el menor comenzaba, vergonzoso al leerlo, besé su
cuello con desespero, mordiendo éste cada tanto. Desplacé la diestra hasta sus
pantalones, desprendiéndolos. Colé la mano por debajo de su ropa interior y
masajeaba, cada vez con más dedicación, el miembro del menor que comenzaba a
tomar rigor. Con la zurda, pasaba los dedos rozándolos por la espalda,causando
aún más escalofríos.-
Me dejé hacer, suspirando entre besos, el cual se volví cada
vez más intenso. Al escucharle lo observé confundido, tomando el libro para
leer primero para mí lo que aquellas lineas decían. Perplejo lo miré antes de
volver a ver el libro, comenzando a leer con cierta vergüenza en mi voz. Sin
embargo, cualquier intento de continuar fue aplacado por el beso que mi rey le
brindaba a mi cuello. Un sspiro escapó de mis labios, convirtiéndose en gemido
cuando comenzó a masajear mi miembro. Todas sus acciones no hacía más que
enloquecerme- L-Lawrence... N-No puedo... Leer... -gemí como pude, arqueando
suavemente la espalda. Mi cuerpo ya no respondía a mis órdenes, estaba
completamente a merced de mi rey, cosa que no me molestaba en lo más mínimo.
-hmm...- volví el mirar a sus ojos entrecerrados por mi
culpa- si no puedes leerlos, Vladimir, te castigaré... y tú solo arreglarás
éste desastre -sonreí felino, sostuve con fuerza su miembro dándole a entender
que me refería a 'ése desastre'.
-Vamos, quiero oír tu voz... -volví al accionar, frotando
aquella zona con la diestra; besando, paseando la lengua tibia por su cuello y
clavículas; acariciando su espalda con suavidad con la mano izquierda.
Al escucharle abrí los ojos- ¿C-Castigarme? -pregunté antes
de gemir de nuevo por la forma en la que sostenía mi miembro. Ladeé el rostro
para darle mayor espacio, estremeciéndome por sus caricias mientras continuaba,
o intentaba continuar, mi lectura, llegando al final de la segunda línea. La
mano que sostenía el libro lo hacía con fuerza mientras la otra rasguñaba el
torso de mi rey.
Volví a gemir antes de terminar de leer la tercera línea-
L-Lawrence... ¿D-Debo.... Terminar... De leerlo? -pregunté entre suspiros y
gemidos.
-Sólo dos líneas más... -susurré sonriendo en su cuello. Me
encantaba la forma en que interrumpía su voz con esos gemidos que me llenaban
de calor el cuerpo.
Me deshice de las camisas de ambos, arrojándolas como trapos
al escritorio. Descendí los labios hasta uno de sus pezones, relamiendo el
borde de éste mientras rozaba el otro con las yemas de los dedos.
Reí con la voz profunda cuando llegué al borde de su ropa
interior. Relenticé el frotamiento y dejé al descubierto su rigor. Lancé un par
de lamidas lentas para luego acariciar la punta del miembro con los labios en
conjunto, succionando de a poco.
Me dejé hacer mientras inspiraba profundamente, intenando
mantener mi cordura. Definitivamente le haría pagar por esto. Continué leyendo
cuando mi voz se vió interrumpida por un gemido que fue provocado gracias a la
forma en la que relamía el borde de mi pezón. Giré la cabeza, mordiéndome el labio
inferior, tratando de controlarme.
Reanudé mi lectura, llegando al final de la cuarta línea
cuando escuché su risa. Volví a verle, notando y sintiendo como lamía mi
miembro. Arqueé notablemente la espalda ante tales acciones, siéndome casi
imposible el continuar- L-Lawrence! N-No pues... Conti...nuar.... -gemí
mordiéndome el labio con fuerza.
-Son unas pocas palabras... -dije mientras abrí los ojos
para mantener el contacto visual y sonreír con malicia.- Si no puedes ya sabes
qué pasará -le guiñé un ojo para cerrar los párpados nuevamente, concentrándome
aún más con la felación lenta, de aquella manera que tanto le fascinaba a
Vladimir. Cuando decidí que era suficiente, subí otra vez. Mordí con suavidad
su lóbulo y prácticamente gemí a propósito en su oído, una y otra vez,
repitiendo su nombre suspirando de la manera que hacía cuando teníamos
relaciones.
Arqueé nuevamente la espalda por la felación lenta que mi
rey estaba haciendo, gimiendo y suspirando. Luego, cuando subió y mordió mi
lóbulo perdí la cordura por completo, esos gemidos eran demasiado.
En un rápido movimiento aprisioné sus labios en un
apasionado beso. No me importaba si me "castigaba" luego, ya no
soportaba más, lo necesitaba ahora conmigo y no esperaría más por ello.
Mordí su labio mientras dejaba el libro a un lado, llevando
esa mano hacia el miembro ajeno para comenzar a masajearlo con ganas, abriendo
su pantalón e introduciendo mi mano dentro.
Sonreí cuando me besó, claramente respondiendo a él y
profundizándolo- eres... eres un tonto, Vladimir... -cerré los ojos suspirando,
levantando un poco el mentón por su toque hábil.
-¿No entendiste el castigo, verdad? -pronuncié rozando mis
labios con los suyos cuando hablaba- tan solo te faltaba una línea... -
Me alejé con rapidez, mirándolo mientras me mordía el labio
inferior, cruzado de brazos- Tu castigo es terminar de satisfacerte... -volví a
sonreír- tú solo. -le guiñé un ojo- pensé que te había quedado claro... -estaba
siendo cruel, estaba provocándolo. Quería ver si era capaz de hacerme caso o si
me sometería a hacer lo que él quisiese.
Moví mis labios mientras él hablaba, rozando los propios con
los ajenos. Al ver que se alejaba le observé confundido. Definitivamente no
podía controlarme, sin embargo al escucharle logré volver un poco en mí,
mirándole con sorpresa. Rebusqué en mi memoria sus palabras, cayendo en la
cuenta del por qué de aquella situación. Suspiré con frustración, mirándole
mientras me mordía el labio inferior- ¿Sabes? Te ves demasiado sexy... -me
recosté sobre el sillón, observándole antes de morderme nuevamente- ¿No me
ayudarás? -pregunté con suavidad mientras dejaba que mis dedos recorrieran mi
torso, bajando lentamente hasta mi propio miembro, el cual comencé a tocar y
masturbar, apreciando a mi rey en todo momento- L-Lawrence... N-Necesito
ayuda.... -gemí por lo bajo, mordiéndome por tercera vez el labio.