Una convivencia complicada 7

A la mañana siguiente todos se levantaron, desayunando en completo silencio. En definitiva el ambiente estaba más que tenso aún, y ni Kyu, Jong o Minho sabían cómo enfrentarlo.

-¿Qué nadie va a decir nada?

La voz de un molesto Changmin cortó el silencio como un navaja, mirando su móvil para no perder en el juego nuevo que se había descargado.

-Es que tampoco hay mucho para contar…
-¿De verdad, Minho? ¿Y qué tal si cuentas sobre la enana esa?
-Oye, calma Changmin, tampoco para que me trates así…

Cuando dijo eso, Kyuhyun y Jonghyun se miraron, sabiendo que algo estaba por ocurrir, así que con un asentimiento de cabeza comenzaron a retirarse hacia la puerta, dejando a los otros dos solos.

-Tampoco para que te trate así… ¿Lo dices de verdad? ¡Me dejaste SOLO en la discoteca mientras coqueteabas con la enana esa!
-¡Yah! ¿Acaso la querías para ti? ¡Si ese es el problema podrías habérmelo dicho!
-¡Pero si eres idiota! ¡¿Cómo va a gustarme una enana así?! ¿En serio no entiendes el por qué de mi enojo? ¿Eres tan imbécil?
-¡¡Changmin!! ¡Maldita sea! ¡Cálmate, rayos! ¿En serio no es por eso?
-¡¡Pero claro que no!! ¡Por Dios, Minho! Eres el que mejor me conoce en este mugroso departamento. Deberías saber por qué mierda estoy tan cabreado…
-¡Yah! ¿Es por haberte dejado solo en la discoteca? Lo siento, en verdad no era esa la idea…
-Tsk, en verdad eres más imbécil de lo que pensé… ¡No es por lo que pasó!
-¡¿Entonces por qué es?!
-¡Por lo que está por venir! ¡Mierda! ¡¿Qué no te das cuenta?! En cuanto empieces a salir con esa japonesa me dejarás abandonado… No seré más que una sombra en tus recuerdos…

Luego de semejante confesión, Minho se quedó mudo, observando a su mejor amigo totalmente atónito. Claramente no había pensado en esa posibilidad, y recién ahora se daba cuenta del miedo del mayor.
Por su parte, Changmin se desplomó sobre la silla, agotado del estrés mental que había tenido que pasar para decir lo de recién. Su orgullo había sido arrojado a la basura momentáneamente, y eso era algo que nunca podía verse, hasta ahora.

-Changmin… Yo… No tenía idea
-Claro que no tenías idea, idiota. Si lo único que hacías era fijarte en la enana esa…
Minho dejó escapar un suspiro de frustración, dentándose al lado de su mejor amigo, dispuesto a arreglar las cosas.

Mientras tanto, Jonghyun y Kyuhyun habían salido a dar una vuelta, conversando a un nivel mucho más tranquilo lo que los otros dos habían discutido a los gritos.

-¿De verdad creías que te dejaría de lado?
-Tendrías que haberte visto, parecías hechizado
-Pero, ¿tan así?
-Eres muy obvio cuando te gusta una chica…

Sin darse cuenta llegaron al restaurante donde habían visto por primera vez a Sungmin.

-¿Entramos?

Jonghyun miró a su amigo con picardía antes de encogerse de hombros, asintiendo luego.

-Tú también eres obvio cuando te gusta alguien
-¿Ah? ¿Yo? ¿De qué hablas?

Al entrar, quien los recibió fue quien le había estado quitando el sueño al más grande, aunque algo estaba diferente en él, y eso podía notarse.

-Bienvenidos, ¿serán dos?
-Oh… Sungmin… Sí, seremos solo dos
-Por aquí

Los amigos se miraron algo desconcertados. La última vez que habían venido, el mesero les había sonreído amablemente, pero hoy este tenía una mirada cansada y su sonrisa no estaba presente.
Cuando los chicos se sentaron y Sungmin se fue, estos se inclinaron en la mesa para poder hablar.

-¿Qué crees que le ocurrió?
-No lo sé… Temo que Heechul le haya castigado
-¿Los atrapó en un momento inoportuno?
-Interrumpió el momento…

Sungmin regresó y tomó el pedido, volviendo a irse sin siquiera sonreír. De hecho le llamaron la atención por ello, ya que una sonrisa es sinónimo de un buen ambiente y un buen trato al cliente.

-Quisiera hablar con él…
-¿No tienes su número?
-No hicimos a tiempo…
-¿Tenían las manos ocupadas?

Sin poder evitarlo, el más chico bromeó al respecto, notando que el mesero salía del lugar con la cabeza gacha, cosa que no se guardaría. Rápidamente le señaló a su amigo la dirección por la que el contrario había salido.

-Oye, aprovecha y ve a hablar con él
-¿Ah?

Al darse cuenta de a lo que se refería su amigo asintió y rápidamente salió también, buscando a aquel risueño pero apagado muchacho. Caminó hasta encontrar un callejón cercano, notando a Sungmin dentro.

-Min…

En el momento que escuchó uno de sus apodos, el más bajo se volteó, sobresaltándose, sin lograr ocultar sus lágrimas a tiempo.

-K-Kyu… Vete… No quiero que me veas así…
-Pero… Min… ¿Qué ocurre? ¿Pasó algo con Heechul?
-N-No… No es eso… Bueno… No exactamente

Con suavidad, el más alto se acercó para poder conversar mejor, tomando su mano en busca de transmitirle fuerzas para poder soltarlo de una vez.
El pelingro, al sentir aquel pequeño apretón, suspiró suavemente, acercándose para ocultar el rostro en el pecho del más alto mientras las lágrimas escapaban de sus ojos. El castaño, por su parte, estaba algo dudoso sobre si abrazarlo o no, pero rápidamente lo envolvió en sus brazos. Lo único que quería era que el más bajo estuviera bien, que sonriera como lo había hecho la primera vez, porque ya en ese momento había sentido un ligero cosquilleo en su interior.

-No fue culpa de Hee hyung…

La voz de Sungmin era baja y casi inaudible, sin mencionar que el estar ocultando el rostro tampoco ayudaba para la proyección de la voz, pero no por ello Kyu le dijo nada.

-Kyu… Olvídalo, no quiero amargarte el día con mis tonterías…
-Si estoy aquí es porque ando preocupado por ti… Tonto… Dime qué ocurre, Min… No me gusta verte así…
-Es que… Mi padre está enfermo… Parece que pescó algo grave… Estamos muy preocupados y eso no me deja trabajar bien…
-Lo he notado… Tranquilo, Min… Ya verás que todo saldrá bien…
-Es que… Fue tan repentino… Heechul hyung habló conmigo, me dijo que mi madre había llamado al bar ya que yo no respondía mi móvil…

Mientras hablaba su respiración se entrecortaba a causa de las lágrimas que no dejaban de salir.

-Sh… No hables ahora… Solo descárgate… Te hará bien…

Sin más, el más bajo comenzó a llorar con fuerza, dejando salir toda esa angustia que tenía acumulada. Por su parte, el más alto solo se dedicaba a contener al contrario, abrazándole fuerte mientras acariciaba de a ratos su cabeza.

-¿Y bien? ¿Qué piensas hacer para compensarme?

Changmin y Minho, luego de haber hablado más tranquilos la situación, se encontraban tirados en el sofá, el más alto con la cabeza en las piernas ajenas.

-¿Compensarte? Eso me suena a sexo, Min
-¡Yah! ¿Y qué otra palabra puedo usar entonces? Si me dices una te preparo de comer.

Sin embargo, por más que el menor pensó algo, no pudo encontrar una palabra más indicada que la que había usado su amigo.

-¿Ves? Ahora ve a prepararme algo de comer, mi esclavo.
-¿Esclavo?
-Serás mi esclavo por el resto del mes, te guste o no
-Tsk, aprovechado…

Mientras Minho cocinaba, Changmin recibió un mensaje por parte de Jonghyun.

“Oigan, Kyu se encontró con el mesero, estamos en su restaurante, ¿quieren venir antes de que regresen o siguen con sus peleas maritales?”

Sin poder evitarlo, soltó una risa, acercándose al menor para mostrarle el mensaje, el cual rió también.

-¿Vamos?
-Tú porque no quieres cocinar…
-Tonto, yah, muévete y salgamos de aquí
-Ok, pero esta noche no te salvas, cocinarás para los cuatro.

Una vez que llegaron al lugar, no les fue difícil encontrar a su amigo, sumando una mesa más para luego sentarse.
Por su parte, Kyuhyun volvía a entrar, descansando su diestra en la espalda de Sungmin, el cual tenía los ojos algo hinchados pero con una ligera sonrisa en los labios.

-¿Qué le pasó?
-No lo sé, pero Kyu salió apenas el bajito lo hizo.

Cuando la nueva parejita se despidió se miraron a los ojos, soltando las manos a lo último. Kyuhyun, por su parte, estaba en sus pensamientos hasta que cayó en la cuenta de que en la mesa serían 4 al final.

-¿Terminaron sus peleas maritales?
-¿Por qué todos dices eso sobre nosotros?
-Parecen una pareja que ya lleva años casados.

Las risas se escucharon en la mesa, relajando por completo el ambiente. Parecía que desde hacía días no reían.

-Bueno, ahora habla. ¿Qué le pasa al niño bonito?
-Cosas familiares, el padre no está bien de salud…

Ante tales palabras todos guardaron silencio, pensando en sus propios padres por un momento, y en lo difícil que sería la situación para ellos también.

-Quiero hacer algo por él… Pero no sé qué
-¿Y si lo llevas a cenar? ¿No le gustaba el vino como a ti?
Oye, ¿qué tal ese restaurante donde tenían vinos argentinos? Recuerdo que la comida era rica.
-Sí, puede ser… Pero, ¿cómo rayos le pido de salir? Claramente no va a estar de ánimos…

Justo en ese momento vieron que el susodicho se acercaba por lo que cambiaron de tema rápidamente. Una vez que se fue se inclinaron sobre la mesa para seguir con la charla

-¿Y si le das una nota?
-No estamos en la escuela
-¿Su celular?
-No se lo pidió, parece que estaban muy ocupados para pasarse los números
-Hyung depravado, violándose a un pequeño indefenso
-¿Violar? Que conste que no se opuso en ningún momento
-Como sea, creo que la mejor opción es que el pelmazo de Kyu vaya y le pregunte directamente. Es mucho más sencillo que todo lo demás.
-¿Ah? ¿Ahora? ¡Me sacará de una patada!
-No será que tienes vergüenza, ¿verdad?
-Pero cómo se te ocurre. Yo jamás tendría vergüenza de algo así…

Todos sus amigos lo miraron con picardía, sonriendo ligeramente para luego mirarse entre ellos.

-¿Qué? ¿Qué rayos están planeando?

Sin emitir palabra alguna los otros tres se levantaron, dejando dinero cerca de Kyu antes de que Jonghyun fuera donde Sungmin.

-Oye, Kyuhyun quiere hablar contigo, aprovecha que no hay demasiada gente ahora

Sin más, los tres menores salieron del lugar para dejarlos solos mientras chocaban las palmas.

-Más vale que lo invite a salir…
-¿Quieren molestarlo cuando sea la cita?
-Nos ganaremos la golpiza de nuestra vida…
-Pero Kyu nunca fue violento con nosotros. El único violento es el cara de mono.
-Si no fuera violento no sería yo. Igual no creo que él los golpee, pero les advierto que puede llegar a ser terrible cuando se lo propone… Cuando lo conocí le decían el “Evil maknae”
-Bueno, no dudo que se ganó su apodo por algo…

Mientras los más chicos planeaba su travesura, Sungmin se había acercado a la mesa del más alto, mirándole con una ligera sonrisa.

-Tu amigo me dijo que querías hablar conmigo
-Dios, voy a matarlos…
-¿No querías hablar?
-N-No es eso… Forzaron la situación por decirlo de alguna forma…
-Ah… ¿Y de qué querías hablar?
-¿Tienes un minuto para sentarte?

El pelinegro vio el lugar y al notar que no había mucho movimiento se sentó frente a él.

-Sé que estás angustiado pero… Me gustaría ayudarte… Tal vez no sea mucho pero quería invitarte a salir… Así al menos despejarías tu mente
-¿Me estás pidiendo una cita, Kyu?
-P-Pues sí… ¿Hay algún problema?
-Para nada… Es que me causas ternura

Al pronunciar aquellas palabras sonrió amablemente, haciendo que el contrario se perdiera en su rostro por un momento.

-Me encantaría… Te paso mi número de celular y luego arreglamos por mensaje, ¿te parece?
-Oh, claro… Toma, anótalo en mi móvil

Una vez que se pasaron los celulares se despidieron, Kyu pagando la cuenta y saliendo del lugar con una sonrisa algo boba en el rostro. Por su parte, Sungmin sonreía con nostalgia ya que hacía tiempo que no tenía una cita propiamente dicha.

-Espero que algo bueno salga de todo esto…